El ejercicio físico es el mejor aliado para mantener la salud física y mental: cualquier actividad que hagamos constituye un recurso terapéutico frente a muchas enfermedades, y nos ayuda a mantenernos sanos y en forma. Hay propuestas para todos los gustos, edades y necesidades. En esta nota, le contamos por qué estar en movimiento puede ayudarlo a mejorar su calidad de vida tanto a nivel físico como mental.
- Evita el aumento de peso: La actividad física previene la obesidad, y mantiene el cuerpo en forma. Es la clave para tener un peso saludable.
- Previene enfermedades cardíacas: Quienes realizan actividad física tienen menos posibilidades de padecer enfermedades del corazón.
- Evita o retrasa la aparición de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
- Diabetes: evita su desarrollo, y ayuda a los diabéticos a controlar los niveles de azúcar en sangre.
- Fortalece músculos y huesos: La actividad física fortalece los músculos, tendones y ligamentos. Además, nos permite tener huesos más fuertes (por lo que disminuye el riesgo de sufrir fracturas), y retrasa la pérdida de masa ósea que trae como consecuencia la osteoporosis.
- Mejora el bienestar general y evita la ansiedad. Es muy recomendada en casos de depresión. Además, el deporte practicado regularmente permite controlar el estrés debido a la descarga de energía que produce la actividad. También produce el aumento de secreción de endorfinas, que brindan sensaciones placenteras. Ayuda a liberar tensiones. Aumenta la autoestima, al sentirnos mejor y más seguros con nosotros mismos.
- Más energía para todo el organismo: Al tener un buen estado físico y practicar deportes con regularidad, el cansancio diario es menor y se tiene más energía.
- La actividad física mejora la digestión y regula el ritmo intestinal, lo que nos hace sentir más vitales.
- Aumenta la esperanza de vida: La práctica regular de algún tipo de ejercicio alarga nuestra vida (al reducir el riesgo de contraer enfermedades) y mejora nuestra calidad de vida.
- Regula el sueño: Al practicar deporte mejoramos la calidad del sueño y, por lo tanto, nuestra mente está más clara para poder desenvolvernos en las actividades del día a día.
A CADA EJERCICIO, SU BENEFICIO
- Ejercicio aeróbico: Tiene efectos sobre el sistema cardio-pulmonar-circulatorio, y sistema óseo-muscular-articular. Libera endorfinas, promueve el bienestar psicofísico. Contribuye a disminuir grasa corporal y mejorar el tono muscular. Favorece el funcionamiento del corazón y respiración. Ayuda a disminuir el colesterol.
- Ejercicio de fuerza y resistencia muscular: Mejora la musculatura esquelética, el fortalecimiento óseo, previene la osteoporosis, y las disfunciones en la columna vertebral (especialmente en la región lumbar).
- Ejercicio de estiramiento y movilidad articular: Mejora la postura, la movilidad, el equilibrio. Previene lesiones y disfunciones motrices. Mejora los reflejos que mantienen el cuerpo en equilibrio, los posturales y se evita la compresión de los huesos y desgaste de articulaciones. El cuerpo se mueve con más elasticidad permitiendo un nivel más amplio de estiramiento o elongación.
- Ejercicio de relajación: Promueve bienestar psicofísico y niveles saludables de estrés.
- Ejercicio localizado: Ideal para tonificar ciertos segmentos como los abdominales y glúteos.
¿Qué tener en cuenta?
- No es necesario hacer un ejercicio extenuante que demande un gran esfuerzo, o que haga concluir prematuramente la actividad.
- Empezar de a poco y continuar consistentemente, constituye la garantía para obtener beneficios en términos de salud y bienestar.
- Comenzar un programa regular requiere a veces ir abandonando hábitos sedentarios, sacarle tiempo de exposición a la televisión o el uso adictivo de la computadora. Con este nuevo hábito activo disfrutaremos de una mejor calidad de vida.
El sedentarismo causa:
- Enfermedades cardíacas coronarias.
- Enfermedades cerebro vasculares.
- Obesidad.
- Cáncer.
- Hipertensión.
- Intolerancia a la glucosa (inicio de diabetes en adultos).
- Niveles elevados de lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos), bajo colesterol HDL.
- Híper-reacción al estrés.
- Enfermedades mentales.
Caminar 30 minutos diarios equivale a un gasto de unas 1000 calorías a la semana.
Lo recomendable es empezar a hacer ejercicio dos veces semanales de una hora. Para aquellos que hace mucho tiempo que no realizan actividad física, no deben sobre-exigir el cuerpo.
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